viernes, 29 de noviembre de 2013

Superwoman y sus superpoderes de recuperación

El día ha sido muuuuy largo. No he parado. Creo que soy eso que llaman una "superwoman". Y no lo digo con orgullo. Más bien lo digo con lástima de mi misma. Que sí, que sé que hacerse la víctima está mal visto. Pero al menos quiero quejarme un poquito. Es mi pequeña recompensa de hoy.

Estoy un poco pachucha. Una gripe, no más. El miércoles me fui de la oficina hecha una patata. Creí que no llegaba a casa. Cogí un taxi y el trayecto, que es corto, se me hizo infinito. Al entrar por la puerta tiré todo en el salón, abrigo incluido y me metí en la cama. Mi marido fue a por las niñas y se ocupó de todo con la ayuda de las peques, que se portaron fenomenal, porque yo esa tarde no salí de la piltra. Hacía años que no me sentía tan mal.

Pero mira tú que ayer ya estaba mejor. Sólo tenía un dolor de cabeza de los gordos, ¡bah! nada que no pudiera quitar paracetamol de 1 gramo. Animada por mi mejoría y porque ante mi se presentaba un día de mantita y sopa caliente, al más puro estilo de persona convaleciente, me senté ante el televisor. No pude soportar la programación matutina de las tropecientas mil cadenas que van ahora por cable. Hacía años que no veía la tele por la mañana. Estoy contenta de comprobar que no me he perdido nada. La caja tonta sí que fue efectiva para ponerme las pilas y ayudar a mi recuperación. Decidí que mejor hacer labores caserillas tranquilas. Y a lo tonto, a lo tonto puse la casa a tono, al más puro estilo de marujilla. Eso sí, a mi ritmo y sin agotarme, que tampoco era plan.

Pero ¡ah!, amigo. Hoy, aunque no bien del todo aún, ya estaba muuuucho, pero que mucho mejor. Sólo tenía un poco tonto el estómago, pero nada más. Vista la experiencia de ayer, nada de tele. A aprovechar el tiempo. Pongamos en orden la habitación de la peque, que está hecha una leonera y ya no se encuentra na'. Bueno, pues genial porque no me ha dado tiempo casi ni a comer, aunque eso es lo de menos, total tenía mal el estómago, poca comida es mejor. Después he preparado corriendo las meriendas, me he ido a por las niñas y, tras dar el relevo a una amiga para que las llevara a casa porque nosotros teníamos tutoría con las profesoras del cole de la mayor, he ido a hacer la compra. Casi he agradecido que el gas se nos haya estropeado para saltarnos el momento de los baños de las niñas.

En fin, que son casi las 12 de la noche y aún no había encontrado el tiempo para escribir el post de hoy. Una vez le dije a mi madre que "ojalá el día tuviera 48 horas". Mi madre me miró entre divertida y horrorizada y tiernamente me contestó "ni hablar, 24 son suficientes. Si hubiera 48 trabajarías el doble y te quedaría el doble de cosas por hacer". ¡Ay!, ¡qué sabias son las madres!.

1 comentario:

  1. ¡Me alegro mucho de que te estés recuperando! Descansa y no te fuerces mucho, que las recaídas son muy malas :)

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