viernes, 1 de noviembre de 2013

¿Sufrimiento o alegría?

Yo personalmente prefiero alegría. Me explico. Desde que Halloween ha entrado en la lista de fiestas españolas todos los años escucho la misma cantinela. Da igual donde estés, siempre hay detractores. Defensores no tantos, la verdad, imagino que es por vergüenza de confesar en público que mola el sarao de los monstruos. Pero defender al más puro estilo del Caballero de Olmedo el honor del Día de Todos los Santos es altamente prestigioso.

¿Por qué no pueden convivir en paz y armonía las dos tradiciones? ¿Por qué hay ese miedo a sumar riqueza cultural? Halloween no es una invasor, es un amigo más.

Antes decía que prefiero la alegría al sufrimiento. Y es que prefiero reírme con los disfraces de los niños, o al mirarme en un espejo y verme junto con mis amigos convertidos en una banda de brujos y brujas que ir al cementerio a llorar y arreglar tumbas. Que nadie me mal interprete, mantener los cementerios en buen estado y tener sentimientos por la muerte de nuestros seres queridos es parte de nuestra vida. Sin embargo, considero que, precisamente porque es algo muy sentimental y triste, no encaja bien con la palabra "celebración". El 1 de noviembre en nuestra tradición española no se "celebra" nada. Se rinde respeto, se recuerda, se conmemora... pero ¿celebrar?.

¿Por qué entonces no podemos celebrar, y aquí sí es correcto el uso de esta palabra, Halloween? ¿Por qué no reírnos de la muerte mientras podamos? ¿Por qué no recordar que somos afortunados y estamos vivos? ¿Qué más da que sea una tradición americana? -dato que por cierto no es exacto, este folklore es de origen celta y quizás eso anime a pensar que es una práctica menos imperialista y más cool-.

Será que soy una insensible y una juerguista, pero me decanto sin atisbo de duda hacia la fiesta. Defiendo que cualquier excusa es buena para pasar un buen rato y echar unas risas con los amigos. Halloween cumple todos esos requisitos. Por lo tanto, le doy una calurosa bienvenida a nuestro catálogo de tradiciones a la calabaza, la bruja, el fantasma, drácula y toda la familia de engendros que toman ciudades y pueblos durante la noche del 31 de octubre.

¡Ah! y ¿no es verdad ángel de amor, que siempre nos quedará nuestro versionado "Don Juan Tenorio"?.

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