lunes, 25 de noviembre de 2013

Violencia de género... no hay dos, sin tres

Hoy es el Día Mundial Contra la Violencia de Género. Cuando esta mañana he abierto mi perfil de Facebook y he visto que un amigo había puesto una imagen para solidarizarse con las mujeres maltratadas, una vez más ha acudido a mi mente el caso de una de las últimas víctimas en España.

A mediados de noviembre una mujer fue asesinada por su última pareja en Torremolinos. Al oír la noticia en la radio un sentimiento de tristeza e indignación recorrió mi cuerpo, como, por desgracia, otras muchas veces. Levantarse con este tipo de casos es dolorosamente habitual, pero no por eso menos lamentable. Sin embargo, esta vez mi estupor fue mayor. La víctima ya había presentado con anterioridad denuncias de malos tratos contra dos parejas diferentes. Es decir, que al menos había sido maltratada por tres hombres distintos.

Inmediatamente pensé que la pobre mujer había tenido muy mala suerte al encontrarse con estos animales. Imaginé lo triste y desesperante que debió ser su vida. Una profunda pena me invadió y sin poder evitarlo lo comparé con mi vida y mi pareja. Suspiré y al tiempo que me sentía muy afortuna di gracias por haber tenido la buena suerte de cruzarme con mi marido, por tener un padre y un hermano maravillosos y por no haber encontrado nunca en mi camino un maltratador.

Sé que hay gente que no compartirá conmigo que el tema del matrato está ligado a la suerte. Los especialistas en el tema hablan de perfiles emocionales, tanto de la víctima como del agresor. Y claro está que la psicología es clave. Pero la suerte también. Yo soy como soy, y mi vida es la que es. Pero ¿cómo sería si yo hubiese nacido en un hogar donde mi padre maltratara a mi madre?. ¿Qué habría pasado si mi primer novio hubiese sido un maltratador?. No puedo responder. Nadie lo puede hacer. Pero esas situaciones no habrían sido elegidas por mi, simplemente me habría tocado vivirlas.

Creo que en el tema de la violencia de género es fundamental un buen apoyo y tratamiento psicológico a las víctimas. El aspecto de la dependencia emocional de estas mujeres debería ser abordado y valorado de forma muy especial para tratarlo y evitar que vuelvan a caer en garras de depredadores. La suerte es la suerte, pero con herramientas es posible burlarla.

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