miércoles, 20 de noviembre de 2013

Colecciones que siempre están de moda

Nunca he sido especialmente fanática del coleccionismo. De pequeña me gustaban las colecciones de cromos. Como casi todos los niños de mi generación seguí fielmente las promociones de Danone que lanzó algunos clásicos del cromo como "La Vuelta al Mundo de Willy Fogg". Y no me pude resistir tampoco a las edulcoradas estampitas de niñas de "Miss Petticoat".

Creí que mis días de recopilación habían finalizado ya, y que con aquellos álbumes mi contribución a la causa coleccionista había finalizado. Estaba equivocada. Desde hace un mes en casa hemos empezado una nueva colección, pero que siempre está de moda. Es muy conocida entre los padres. Se llama "colección de -itis". Ya tenemos a nuestras espaldas gastroenteritis, bronquitis, faringitis, otitis, tubaritis y conjuntivitis. Y también tenemos algunas repes, como la faringitis y la gastroenteritis. ¡Jo, qué afortunados somos! hasta podemos intercambiar y todo: en el cole, en la guarde, en la oficina, con los amigos...

Esta compilación de -itis no sólo nos están dando horas de diversión familiar, también consiguen que ampliemos nuestro círculo social y cultural. Si no fuera gracias a ellas no estaría en estrecho contacto con nuestro pediatra. Esta semana ya le he visto dos días seguidos. Como es cubano y muy simpático, entrar en la consulta es casi como sentirse en La Habana, máxime si se añade la falta de algunos medios debido a los recortes sanitarios. Fidel, sí se llama Fidel, me cuenta cosas de su país mientras hace la revisión a mis hijas. Yo le explico cómo es la vida en Suecia y ya le he prometido hacerle un pastel de manzana sueco. El próximo día le voy a proponer que nos vayamos a bailar salsa, total, ya somos íntimos. Lo único que me da miedo de esta situación es que a mi se me pegan con mucha facilidad los acentos y no puedo evitarlo. Ahora voy por el mundo diciendo "tu ya sabes", "no, mi amol" y "tremenda tos". Cuando entro en el consultorio tengo que hacer un gran esfuerzo por evitarlo. No quiero que mi Fidel del alma, mi salvador, mi confidente, se mosqué conmigo pensando que me estoy cachondeando. Sin él nuestra colección podría ser mucho más larga, y no quiero. Yo quiero terminar esta colección "pero ya mismito, mi amol".

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