jueves, 6 de marzo de 2014

Las bibliotecas existen

Pero se nos olvida. En la época de los e-books, las tablet, los iPhone, las iPad, los smartphones... y no se si me olvido de algún familiar de los dispositivos digitales, que seguro que sí porque yo muy tecnológica no es que sea... poca gente acude a las bibliotecas. Todavía hay gente que va a las librerías y compra libros. Aún son menos los que van a la sección de CD's y DVD y adquieren algo. Pero las bibliotecas... casi son un lugar de culto, bueno, menos en época de exámenes, ahí todavía cuentan con aforo lleno y chavales sentados en el suelo.


Yo estoy entre los que las habían olvidado. Pero últimamente las he redescubierto. Reconozco que ha sido porque he ido buscando una conexión WiFi, pero ha servido para recordarme que están ahí y que son muy útiles. Un universo palpable de información al alcance de cualquiera. Necesitan, eso sí, una remodelación, y no me refiero sólo a enseres y equipos informáticos, que también. Para volver a ocupar un lugar en el corazoncito de los ciudadanos requieren una adaptación a los tiempos modernos. Así, sin pensar mucho, se me ocurre que podrían ofrecer charlas y cursos interesantes (pero interesantes de verdad, que hay algunos planificados que dan terror); actividades para enganchar a los niños a la lectura; promoción de libros que tenga la biblioteca; club de lectura...

Pero la esencia de las bibliotecas está intacta. El olor a historias por leer sigue ahí. Los ojos que se van tras un título, la opción de coger el libro y ojearlo no es algo del pasado. Sigue siendo igual de atractivo y especial. Presiento que las bibliotecas se van a convertir en una reserva natural de libros. Mi miedo es que la transición a los tiempos modernos no se haga bien, o que ni siquiera se haga. Temo que se conviertan en edificios tristes y grises medio desmantelados. O que desaparezcan sin más. Ellas pueden lucir con luz propia, pero necesitan un esfuerzo de imaginación y energía, amén de fondos económicos, claro está. 

1 comentario:

  1. Tengo la suerte de vivir en un pueblo equipado con una estupenda y moderna biblioteca ("de diseño" casi) y la verdad es que suele estar muy concurrida. Además el público es de lo más variado: personas mayores que acuden a leer periódicos y revistas, estudiantes, niños (hay una sala para los más pequeños)... y quienes acudimos a curiosear novedades y unas estanterías que siempre muestran algo interesante.

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