martes, 18 de marzo de 2014

El poder está en tu mente, no en tu cuerpo

"Mens sana in corpore sano". Animada por esta frase me he lanzado al mundo del Tai Chi y el Chi Kung.

¿Qué que es eso? Pues confieso que soy incapaz de describirlo correctamente y con detalle sin acudir a la Wikipedia. Lo voy a hacer de una forma resumida y posiblemente no muy exacta. Pido perdón por adelantado a los puristas y especialistas en la materia, pero mi objetivo es no tardar mucho en contarlo y que se entienda. Vamos que lo que voy a dar es una explicación "de andar por casa". En la actualidad son actividades deportivas de la familia de las artes marciales que centran su atención en la respiración, la concentración y el ejercicio físico.

¿Molón y exótico, no? A mi me encanta. Mi cuerpo se ha librado de las contracturas y me siento ligera como un pájaro.

Pero ésto debe ser como tomar drogas, porque podría ser la protagonista de aquel anuncio de la campaña antidrogas que estaba filmado en dos partes: "Así es como te ves" y "Así es cómo te ven". Estoy segura que yo me veo chachi, pero mi profesor, y todo el edificio en el que se alberga mi oficina, me ven más bien como si fuera Chiquito de la Calzada o, como dice otra de mis compañeras de fatigas, la abuela de Shin Chan.

Todo empezó hace un par de meses. Un grupito de trabajadoras del centro de coworking en el que estamos liamos a un compañero especialista en estas artes para que nos diera clases. Argumentamos que no teníamos tiempo en otro momento de hacer ejercicio y que necesitábamos con urgencia ponernos en forma. Además, el estrés de la vida diaria nos mata, ¿qué mejor que un poco de filosofía oriental para alimentar nuestro espíritu? Nuestro compañero cedió a nuestra demanda. Y aquí estamos, ocho semanas después practicando al aire libre en el patio de la comunidad de vecinos. Fijo que lo flipan, pero nadie que pasa por allí mueve un músculo al vernos en las más elásticas posturas. Visto desde fuera debe ser algo así como un cuadro abstracto.

El pobre profesor no hace carrera de nosotras. Pero moral no nos falta y alumnas entregadas somos a rabiar. ¡Hasta estamos aprendiendo a contar en chino! Estoy de acuerdo con otra de mis compañeras. Según su teoría nosotras hacemos algo así como "copla oriental fusión", que arte y poderío le ponemos un montón. Y no digo nada cuando utilizamos el abanico chino. Ahí somos igualicas, igualicas que un cruce trangénico entre el grupo Locomía y Miguel Bosé con su versión de los 80 de "Amante Bandido".

No desesperaremos, que "el que la sigue, la consigue", y seguro que practicando, practicando llegaremos a ser "Tai Chi Chi Kung Master". De momento estamos en el nivel "Pequeño Saltamontes".

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