jueves, 2 de enero de 2014

Al rico Roscón de Reyes, para el niño, la niña y... los adultos

Los olores despiertan los sentidos. Muchas veces acuden a mi cabeza recuerdos a través del olor. Son como pequeñas chispas que me trasladan a otras épocas de mi vida, a momentos concretos y, generalmente, felices.

Supongo que la mente es bidireccional, porque también he experimentado el recorrido inverso, es decir, acordarme de algo y echar de menos el olor real de la escena.

Siempre me ha gustado muchísimo el Roscón de Reyes. Primero por su sabor, pero también por lo que significa en mi vida: reunirme con personas a las que quiero mucho, la familia. El primer recuerdo que tengo asociado a esta delicia pastelera es de cuando era muy pequeña. Veo como en una película en tecnicolor a una pandilla de niños felices correteando por un largo pasillo de parquet que cruje con sus impulsivos movimientos. Allí estoy yo, radiante con un cochecito azul de muñecas. Mis primos comparten sus juguetes conmigo y al fondo se oye la conversación de los mayores. Toda la casa huele a Roscón.

Años más tarde la reunión es en casa de mis padres. Mis sobrinos son pequeños y después de los nervios y la locura desatada al desenvolver los regalos de Reyes que los magos familiares han concentrado en el hogar de los abuelos, todos reponemos fuerzas en torno a un par de roscones, uno con nata y otro sin ella.

En mi barrio, cuando se acerca el 6 de enero, el olor a Roscón va en aumento. Las pastelerías funcionan a tope, y el día 5 salir al balcón y respirar su dulzor no tiene precio.

En las Navidades que pasé en Suecia embarazada de mi segunda hija tuve un antojo muy intenso. Tenía que comer y oler el Roscón. No podía ser de otra forma. En Suecia no cocinan este dulce. A grandes males, grandes remedios. Internet fue mi salvación. Después de mucho buscar y tras ver que la elaboración parecía bastante complicada (al menos para mí, que soy cocinillas pero de platos sencillos) llegué a una receta simplificada. La autora es una enamorada de la cocina y tiene un blog muy recomendable. El resultado fue un éxito. Mi hermana, a través de unos amigos, me hizo llegar el Agua de Azahar y mi pequeña se libró del antojo en forma de Roscón. Aunque estaba a muchos kilómetros de mi familia y de estar sentada en la mesa de mis padres con mis hermanos y mis sobrinos, me sentí un poquito más cerca de ellos. Siempre estaré agradecida a Nieves por compartir con sus lectores una receta tan rica y tan fácil. Si alguien quiere hacer un Roscón casero que acuda a Cocina con Nieves.

¡Feliz año, buen provecho y que los Reyes traigan muchas cosas!

4 comentarios:

  1. Vaya sorpresa mas agradable !!! Regresas a España, estás escribiendo un libro, tienes un blog de lo mas interesante, y para colmo me mencionas con todo el cariño en una de tus entradas. Tengo que decirte: GRACIAS A TI, porque aquel mensaje que leí cuando hiciste el Roscón tan lejos de España es inolvidable.

    Me llevo esta entrada a mi blog y a mi face con tu permiso porque me encantaría compartirla con todo el mundo si fuera posible.

    Un abrazo enorme.

    Nieves.

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    1. ;) Ahora ya solo nos falta conocernos en persona y tomar ese roscón con un chocolate caliente, ja, ja,ja.

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  2. Enhorabuena por haber conseguido tu roscón...mucho más siendo del blog de Nieves!!!
    Un abrazo y Feliz año!!!
    Montse

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