lunes, 27 de enero de 2014

Internetdependientes

Hace no muchos años vivíamos sin internet. ¡Sí!, éramos capaces. Ahora, no.

Si llegamos a un lugar en el que no hay conexión todo nuestro mundo se viene abajo. Casi, casi, hiperventilamos, y lo que es seguro es que nos pillamos un buen mosqueo.

No te digo nada la desazón que te entra en el cuerpo si te alojas en un bonito hotel y la conexión va a pedales o no va. Todo tu plan de fin de semana al traste, ¿por qué cómo vas a conocer las rutas más atrayentes y los restaurantes con más encanto de la zona? Ya nadie se acuerda de preguntar al recepcionista y seguir sus consejos de lugareño...

Pero es que la Red de redes ha desplazado a nuestras madres de nuestro foco de adicción. ¡Hasta ese punto hemos llegado! Antes, si no sabías hacer lentejas llamabas a mamá. Pero en la nueva era cibernética pones en Google "receta de lentejas" y de la progenitora ni te acuerdas.

En fin, voy a ver si llamo al técnico de Telefónica, que la conexión hoy no va nada fina y me he tenido que buscar la vida para poder escribir este post.

1 comentario:

  1. Es cierto, nos han y nos hemos creado una dependencia exagerada de Internet. Me incluyo entre quienes necesitan estar conectados continuamente, pero también reconozco que en ocasiones caemos en el absurdo de buscar en la web lo que podemos obtener preguntando en el bar de la esquina :-)

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