jueves, 23 de enero de 2014

Identidad wasapiana

Me encantan las diferencias generacionales. Son muy divertidas. Y las tecnológicas más aún. Me hace muchísima gracia leer los whatsapp de mis contactos. Sin ver el emisor sería capaz de identificar el autor del mensaje simplemente por el tono y la extensión. Y no digo ya nada por la escritura y las expresiones.

Mis contactos más jóvenes, es decir, mis sobrinos, te pueden contar su día por minutos con todo tipo de detalles y con expresiones como "okay" "selfie" "valeeepp"...

Sin embargo, mis amigos más mayores son escuetos hasta límites propios de la crisis que estamos viviendo. Por ahorrar que no quede, y en las palabras también. Olé. Ya les puedes wasapear una detallada pregunta que es más que posible que te contesten simplemente: sí, no, perfecto, ahora...

Otro efecto que me resulta muy curioso es cómo mucha gente adulta se suelta la melena vía whatsapp. En persona son comedidos, prudentes, serenos, centrados... pero cuando utilizan el sistema de mensajería instantánea de móviles toman una personalidad diferente y allá que te envían imágenes, mensajes y vídeos subiditos de tono, escatológicos o soeces.

¿Será a ésto a lo que se refieren los gurús del 2.0 cuando hablan de la personalidad digital?

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