martes, 29 de octubre de 2013

La canción del piojo

Por más que lo pienso no encuentro nada rítmico en la palabra "piojos". Repulsivo sí, que es oírla y la cara de asco que se nos pone a todos es inmediata. Pero ¿rítmica?. Pues debe serlo. ¿Cómo se explica de otra forma que cancioncillas como "Filvit mamá, Filvit mamá, una vez a la semana y los piojos no vendrán" o el más reciente hit "El desalojo del piojo", las tarareemos padres, abuelos, tíos y niños sin ningún rubor?
 
Estos días en los canales infantiles, como muy avispadamente señalaba la hija de una amiga, desaparecen los anuncios de quitamanchas para hacer hueco a los de juguetes y a los de champús y lociones para combatir la pediculosis (que repelús da también este sinónimo, que no sé el motivo, pero me trae a la memoria los callos de los pies). 
 
Cada vez que veo un anuncio relacionado con los inmundos bichejos que viven en el cuero cabelludo humano no puedo evitar acordarme de una anécdota. Ocurrió cuando mi hija mayor era muy pequeña y estaba en su primer año de guardería. Por aquel entonces tenía muy poquito pelo y muy cortito. Los primeros síntomas empezaron un viernes, pero con eso de que los bebés no hablan y se expresan a su manera pues no la entendíamos. Llegó a casa de la guarde como todos los días, aparentemente contenta. Al ratito se puso bastante nerviosa y así, sin ton ni son se daba, de repente y sin venir a cuento, una torta en la cabeza con bastante fuerza. Las primeras veces pensé: Uy, hoy viene con "el a mi burro, a mi burro le duele la cabeza..." muy metido en la cabeza. Pero después de que lo hiciera varias veces empecé a agobiarme. Cuando regresó mi marido y le hizo una demostración, le comenté que lo llevaba haciendo toda la tarde y que estaba preocupada: Ya sé que es un poco exagerado, pero ¿y si la niña es un poco autista? Porque se está metiendo unas leches... Mi marido me miró con sorpresa y con sonrisa comprensiva me contestó: no mujer... cómo eres..., será el "a mi burro a mi burro"... Cuando él la vio hacerlo varias veces, comentamos: ¿estará llamando nuestra atención? Y acordamos no hacerle caso para no fomentar su actitud. Aquel fin de semana la niña estuvo nerviosa e irritable, pero como casi siempre que un niño está así, lo achacamos a la salida de dientes.
 
El domingo por la tarde la abuela paterna vino a vernos y, al final de la tarde mi marido se puso a bañar a la pequeña. Yo estaba colocando un poco la habitación cuando gritó con cierta angustia: Nuria, la niña tiene algo en la cabezaA lo que respondí: ¡ay, Dios mío, piojos!. La abuela dijo: ¿¡¡Quéee!!? ¡¡¡No puede ser!!! Y yo repliqué: sí, si puede ser. Hace un par de semanas había un cartel en la guarde que informaba que había habido un par de casos y que estuviéramos atentos.
 
En ese momento empezó LA CACERÍA, toda una labor de equipo. El objetivo era suprimir el comando itinerante descubierto en la cabeza de mi hija.
 
Mi marido tras detectar "al bicho", me pasó la patata caliente de "atraparlo". La abuela confirmó que el sospechoso era, efectivamente, un delincuente convicto de la familia de conocidos extorsionistas "LOS PIOJOS". Y yo, a mi vez, le pasé a la abuela la patata caliente de "suprimir" al delincuente. Le aplicamos la pena de muerte sin ningún remordimiento. El terrorista capilar, fue ejecutado a las 9.15 horas del domingo 25 de mayo de 2008.
 
Después, y como afortunadamente mi hermana me había pasado un lendrera súpermoderna de la muerte por si en alguna ocasión la necesitábamos, peinamos a la nena para quitarle otros posibles miembros del grupo. Localizamos dos más, aunque de menor envergadura que también fueron ejecutados (en nuestra casa y referido en exclusividad al ámbito de los insectos, la pena de muerte está permitida).

Después de aquella experiencia hemos pasado alguna más, y he de decir que ninguna de ellas gratificante. Los piojos son un rollo. Alguien debería animarse a sacar un temita musical con ese estribillo. El género tendría que ser algo duro, tipo Punk o Heavy Metal, nada de cancioncillas ñoñas y edulcoradas. O quizás algún cantautor podría animarse a versionar de forma cruelmente real este desgarrador asunto que tanto afecta al desarrollo diario de vida de la comunidad humana.

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