Hace ya algún tiempo que noto un fenómeno llamativo en mi barrio. Como si de soldados se tratara, un número importante de vecinos visten cortados por el mismo patrón. Y lo digo casi en el sentido literal de la expresión. Ropas con colores llamativos, cortes asimétricos y frases escritas en las telas son el uniforme de muchos de los paseantes de las calles colindantes a la mía. Van todos equipados de Desigual.
Tiene guasa la cosa, la marca se llama "Desigual" y todo el barrio va engalanado "igual". En fin, cosas de la vida... bueno, y del marketing, y de la moda, y de la adicción a las marcas, y del precio... Sí, he dicho bien, del precio, también. No es que una lluvia mágica enviada por los responsables de la firma haya hipnotizado a mis vecinos y les haya enfundado en tan similar explosión de tonos y cortes. El motivo es mucho más sencillo y, posiblemente, incluso más efectivo que la magia. En una de las principales vías han abierto un outlet Desigual enorme, y con los descuentos, las prendas se quedan a un precio asequible a los bolsillos en crisis. La ubicación también es importante, porque mi barrio no se encuentra en una zona especialmente comercial y esta tienda "soluciona mucho".
Hasta hoy yo estaba muy contenta con mi análisis sociológico de la vestimenta vecinal. Orgullosa se lo había comentado a mi marido. Y sesudamente habíamos conversado sobre el tema, sacando conclusiones dignas de los tertulianos de la tele. Pero... esta mañana un descubrimiento ha venido a interferir en mi teoría, que ahora necesita ser completada. El hallazgo es que hay una tienda tipo chino-ropa regentada por un indio que tiene magníficas imitaciones de Desigual y cuyo dependiente utiliza de reclamo para introducirte casi a empujones en el local. El comerciante asegura que son fantásticas y muy baratas. Efectivamente, yo diría que son más originales, más bonitas y de mejor calidad que las de la firma original. Y, claro está son prendas más baratas aún que las del outlet.
Ahora, cada vez que vea a un viandante con ropa... digamos "tipo Desigual", tendré la duda de si es original o imitación. La legión de seguidores detectada en mi barrio ¿será porque son fieles a la marca en cuestión o porque son incondicionales de la tienda de ropa chino-indio? ¡Vete tú a saber!, aunque eso sí, ¡viva la moda!.
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