viernes, 13 de diciembre de 2013

El pesado de la fiesta

Estos días prolifera un germen que aunque no es dañino, es muy molesto. Las cenas navideñas de las empresas y los encuentros de amigos tan habituales en estas fechas, favorecen su aparición. El nombre científico es toxoplasta, pero es comúnmente conocido como "el plasta o el pesado de la fiesta".

Su tamaño no es microscópico, se le ve a la legua, y conviene huir de él en cuanto que se detecte su presencia, porque si te caza estás perdido, no se te despega en toda la noche. Suele ser de género masculino aunque hay excepciones y también puede ser femenino.

Su forma de actuar obedece al siguiente patrón: se sitúa al lado de la víctima para trincarle, le obstruye el paso para impedir su escapatoria arrinconándole contra la barra del bar o la pared y comienza a hablar compulsivamente sin dejarle meter baza. En las pocas pocas ocasiones en las que el damnificado puede decir algo le replicará con un chascarrillo o hará una fina rima tipo "5, tarariro, tarariro, por el tarariro te la hinco".

Los efectos físicos de este germen son un gran dolor de cabeza y con frecuencia ganas de vomitarle en la cara.

El mejor tratamiento para acabar con él es ponerle una excusa tipo "perdona, tengo que ir al baño" y situarse al otro lado de la sala sin volver a mirarle para evitar una recaída. Aún así es muy posible que atrape de nuevo al herido, ya que una vez que ha establecido contacto con un objetivo no ceja en su empeño de martirizarlo.

Por el momento no hay registrada ninguna asociación de afectados, pero es muy posible que el auge de las redes sociales facilite la creación de una.

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