miércoles, 5 de febrero de 2014

Cuenta hasta diez

Hace muchos años vi la película de Michel Douglas "Un día de furia". No me gustó especialmente. Me pareció entretenida, pero sin más. Sin embargo, creo que me debió impactar más de lo que en su momento pensé. A lo largo del tiempo me he sentido varias veces identificada con su protagonista. William Foster es un hombre corriente que sufre el síndrome Amok, un desequilibrio mental ligado al entorno cultural y que hace que en determinadas circunstancias la tensión que genera la vida moderna explote de forma violenta. La película narra como este hombre se convierte en un "justiciero" de la ciudad. De forma fortuita va consiguiendo distintas armas como un bate de béisbol y una metralleta y da rienda suelta a toda su ira, pero eso sí, siempre ante situaciones claramente injustas.

Esta mañana he tenido muy presente a Michel-William. ¿Tendré yo también el síndrome de Amok? Creo que no, porque aunque ganas me han dado de buscar una recortada, he optado por darme un poco de mimo y tomarme un café con churros de chocolate. Ha sido igualmente terapéutico y no he matado ni mordido a nadie. Estaba tan enfadada con la estupidez humana... en un par de horas he ido acumulando situaciones hirientes que han desencadenado que me saliera humo por las orejas y que el color de mi cara tornara a rojo intenso.

Pensar en las dos conversaciones telefónicas que tuve ayer con dos grandes amigas y las risas que me he echado con las camareras del bar, que me han mirado como si estuviera un poco loca cuando les he dicho que el café había sido curativo, han conseguido devolverme la fe en la raza humana. Menos mal. Llegar al centro de co-working ( http://theshedcoworking.com/ ) donde trabajo y respirar sus buenas vibraciones y sentarme entre gente creativa, positiva y generadora de buen rollo me ha hecho respirar hondo y devolverme la frecuencia cardíaca a niveles normales. Y para terminar de devolverme la armonía con el Universo un grupo de colegas del centro hemos planificado empezar unas clases de Tai chi, Chi kung y Wushu. Final feliz para una mañana que empezó no muy bien. Ahora, en mi cabeza tarareo "I feel good...".

No hay comentarios:

Publicar un comentario