martes, 6 de mayo de 2014

¿Reír o llorar? Esa es la cuestión

Hay épocas en la vida en las que todo parece torcerse. Cuando echas la vista atrás no aciertas a saber en qué instante fue. Simplemente, en un momento dado, te das cuenta que tu ordenada vida está patas arriba. No has hecho nada para propiciar esta situación, sólo ocurrió. No puedes dominar nada, no puedes controlar nada. Tu posición es sobrevivir de la mejor forma posible. ¿La fórmula? Nadie la conoce con exactitud, pero sí que hay consenso en uno de los principales ingredientes: el humor.

No es fácil mantenerlo, pero es esencial. Con humor todo es mucho más llevadero y, ¿dónde va a parar?, mucho más divertido, ¿o no?. Hay que aprender a dar la vuelta a la tortilla.

Soy consciente que llevo un rato escribiendo tópicos, muletillas y lugares comunes, pero es que he descubierto que son ciertos y es la forma más sencilla de trasmitir lo que muchos sesudos profesionales del moderno "coaching" hacen a través de elaborados discursos.

Amigos, al mal tiempo, buena cara. Yo suelo buscar la inspiración en cosas que me hacen reír. Algunas son tan contradictorias como revistas supuestamente serias. Hay reportajes que no tienen precio, como uno que relataba la historia del diseño de un conjunto de bolsas de viaje de la marca Louis Vuitton creadas para solucionar los inconvenientes de espacio de un modelo de coche BMW. ¡Gran problema solventado, a Dios gracias, por el ingenio de los diseñadores de bolsos!.

¿Y los programas de tele? Ahhh, esos son una fuente inagotable de inspiración para la risoterapia. Me atraen especialmente los referidos a las relaciones personales. Hay una biblioteca importante. ¡Y unos casos... que hacen palidecer a los problemas propios!. Marta y Pili eran compañeras de piso. Pili, la insensible, no respetaba los tiempos de estudio de Marta antes de los exámenes y daba rienda suelta a sus proezas sexuales con su pareja. Los jadeos y sonidos de placer se escuchaban a la perfección en la habitación de la abnegada estudiante, que ni con cascos se podía concentrar. Como castigo y venganza, Marta, tomó la decisión de pinchar los condones que su amiga guardaba en la mesilla. El resultado de tan innoble acción fue que Marta se quedó preñá y con una hija nacida fruto de la venganza y no del amor. Todo un drama, dramático digno de inspirar a un Shakespeare moderno.

¡Ay! Estos sí que son problemas, y no los de "andar por casa" ;)


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