viernes, 4 de abril de 2014

Mirada imperturbable

11.15 de la mañana. En un hospital madrileño del Servicio Madrileño de Salud...
...una joven ciudadana llega al mostrador de recepción de citas de una de las consultas externas. No hay nadie atendiendo.

11.17 Llega la administrativa que atiende el mostrador. La joven ciudadana le entrega la hoja de citación de su madre en la que está impresa la hora de la consulta: 11.10 de la mañana.

Administrativa: "Llega usted un poquito tarde, ¿no le parece?"

La joven ciudadana no dice nada, se limita a poner "sonrisa social"

Administrativa: "Bueno, bueno, veré cuándo encuentro un hueco para llamarla. Siéntese y espere"
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Una hora antes...
... la joven ciudadana pasa por casa de sus ancianos padres para recogerles y acompañarles al médico. Su octogenario padre le informa autoritariamente que no hace falta que compruebe la planta donde tienen la cita médica. Al llegar al hospital esperan impacientemente uno de los cuatro ascensores que les llevarán a la planta 1. Se masca el nerviosismo de la población hospitalaria por pillar sitio en el ascensor... calientan bastones, bolsos... Por fin llega el elevador. Planta 1. El anciano, con paso lento pero decidido, se planta ante una ventanilla cualquiera de la planta y pide ser informado del lugar de la cita. El administrativo amablemente le explica que no es allí... "es en la planta... -1". Vuelta a coger los ascensores. Planta -1. El ochentón asalta a un empleado de seguridad y le reclama información sobre el lugar de la cita. El buen hombre da unas indicaciones muy precisas. Afortunadamente, porque la gerencia del hospital debió olvidar señalizar esas consultas... La vetusta pareja caminan lentamente. Bastones, años y condiciones físicas les impiden ir más rápido.
Por fin llegan a la consulta: 11.15. ¡Cinco minutos tarde respecto a la cita! El matrimonio, agotado por el paseo, hace caso a su hija y se sientan en la sala, delegando en ella la gestión de la entrada en consulta.
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Pensamientos de la joven ciudadana mientras escucha la frase "Llega usted un poquito tarde, ¿no le parece?" y pone sonrisa social:

"Contrólate, contrólate... la cabeza va ha empezar a darte vueltas de 360 grados, voy a soltar baba verde y los ojos se me van a inyectar en sangre como a la niña de "El Exorcista". Será imbécil la tía ésta. Si llevamos una media de espera en tooooodas las citas a las que hemos acudido en el último mes de hora y media. ¿Y qué pasa con el cartelito que tiene detrás que amablemente informa que la hora de la citación es orientativa y que se tenga paciencia? Es orientativa sólo para el paciente, claro. Me la como, ¡me la como!. Ommsss, paciencia, paciencia. No discutas. No quiero terminar con una camisa de fuerza en el pabellón psiquiátrico después de ser reducida por el servicio de seguridad del hospital. Y ante todo ¡por Dios!, que papá no se entere que me han recriminado llegar 7 minutos tarde, bueno que en realidad han sido 5, porque esta tía no estaba en su sitio. Respira, respira ¡no hiperventiles!. El poder está en tu mente. No discutas, no discutas. Muy bien, muy bien... lo estás haciendo muy bien. Sonrisa social, eso es. Eres una gran alumna de Bizcochito. ¡Qué gran serie "Ally McBeal"! Nunca sabrá esta mujer lo agradecida que debería estar a esta comedia americana. Para que luego digan que el trabajo administrativo no es un trabajo de riesgo... eso si se tiene en cuenta que hay empleados a los que les gusta vivir al límite".




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