viernes, 12 de septiembre de 2014

Blogger maruja

Tener un blog hace que tu ego engorde. No quiero mentir. Me gusta, no, me encanta que me lean. Y cuando me dicen que mi blog o un post les ha gustado, me pongo contentísima y mi autoestima sube como la espuma. Por eso me encantaría que me leyese más gente. Pero esto del mundo digital tiene su intríngulis. Es bastante complicado publicitar y hacerse conocer, o al menos, a mi me lo parece.

Inquieta por este tema le pregunté a una conocida mía, periodista en activo en un importante periódico, cómo podía lograr más seguidores. Me aconsejó que me posicionara como una experta en un tema. Que me especializara. Que las generalidades no venden.

Yo me quedé triste, la verdad, porque a mi lo que me motiva es escribir sobre las cosas que llaman mi atención. Yo quiero escribir este blog y no otro. Quizás en el futuro sienta la necesidad creativa o espiritual de tener uno sobre ¿qué sé yo? instrumentos musicales indígenas, que parece un tema suficientemente especializado como para convertirme en una bloggera de referencia si me lo curro con ahínco. Pero a día de hoy ya digo que no, que me quedo aquí, que aunque no tenga miles de seguidores los que tengo me quieren y les gusto.

Sin embargo, no puedo evitar seguir pensando en este asunto. Y creo que he llegado a una solución-conclusión. Me voy a posicionar como como una bloggera maruja. Mi blog es un blog dedicado al marujeo... culto, instruído... lo que quiera, pero finalmente marujeo. ¿O no?. Cualquiera de mis post podrían ser tema de cafetito matutino con una mamá o papá del cole (no voy a discriminar a los hombres, en esto del marujeo tienen también mucho que decir) o con un compañero de la oficina. Y, digo yo, si hay una especialidad de blogs de mamás, y otra de estilistas, y otra de cocina, y así suma y sigue... ¿por qué no crear y sentirse orgullosa de uno de marujas ilustradas? Además, ahora está muy de moda, ser mujer, trabajadora y hacendosa ama de casa. Si está reinvindicado hasta por las más feministas, que quien no hace las magdalenas caseras para la familia o no cuece el pan ecológico en la panificadora de casa es una inconsciente que pone en peligro la salud familiar... Sobre el tema del tiempo y el estrés que genera esto de ser maruja ilustrada ya hablamos otro día.

Ahí queda dicho, me autodenomino como "maruja bloggera".

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